Reseña: Breaking Benjamin - Ember

Con una larga espera, la agrupación originaria de Pennsylvania (EU) vuelve a entregarle al mundo un material conmovedor y rugiente. Tras dos sencillos que apenas y mostraban una parte del trabajo realizado en los últimos meses, Ember es el sexto material de estudio de Breaking Benjamin que se agrega a su ambicioso repertorio. Después de su hiato en el 2010, pasaron cuatro años para que Benjamin Burnley despertara su distinguido proyecto con nuevos talentos en su grupo dando como resultado Dark Before Dawn, el cual destacó por tocar los corazones de los fans y su atractivo para nuevos oyentes. Este año voltearon hacia atrás, recordando viejos sentimientos, antiguas vibras, pero sin perder la mirada hacia el futuro de la banda ofreciendo un material que “todo el mundo quisiera hasta el último grado”, dejándose llevar por los extremos melódicos y pesados que los caracterizan y experimentando con su recién integración como banda.

Al igual que su anterior álbum, BB seduce a través de instrumentales para abrir y cerrar el disco, relacionando las rolas con elementos importantes del contenido narrativo. En este caso, 'Lyra' y 'Vega' nos presentan una visión astronómica, que bien puede llegar a ser metafórica para nosotros. De forma austera, 'Lyra' abre el disco con una pieza de piano que tiene relación directa con el subsecuente 'Feed The Wolf' el cual se presenta como tormenta, llenando el ambiente de pesados acordes. Por primera vez las voces de Ben, Aaron y Keith se fusionan para crear un sugestivo estado de agitación que lentamente se convierte en una cadena de emociones. 'Red Cold River' fue el primer sencillo de este material, y desde entonces ya se apreciaba la fuerza y el furor que querían transmitir en su trabajo. La rola es desgarradora, un viaje entre el desconsuelo y el arrojo que se refleja en las fuertes percusiones y las vocales que no dejan de mostrar coraje.

Cita del artista:

"A la gente siempre le ha gustado el lado más pesado de la banda. Creo que es a eso a lo que gravitan. Pero también nos aseguramos de explorar nuestro lado melódico y suave también. Solo tratamos de hacerlo más extremo: el lado más suave de este álbum es realmente suave, y el lado pesado es muy pesado. Decidimos darle a todo el mundo lo que quiere hasta el último grado."
-Benjamin Burnley (Breaking Benjamin)

'Tourniquet' es una fase, un puente que conecta la amargura del pasado ambiente con la perturbación que llega después. Las guitarras abren con una melodía insinuante, conduciendo a las vocales que en un acto de no perder la cordura se desahogan durante los coros. Con 'Psycho' ya tenemos la otra cara de la aflicción, entre los ritmos rudos de las percusiones y los ásperos riffs de las liras, las vocales disputan su destino. No mentiré, a lo largo del disco se aprecia bastante influencia de Disturbed, sobretodo en ésta última rola y 'Feed The Wolf', desde la excéntrica métrica hasta la misma evolución de las canciones, lo cual no me sorprende ya que ambas bandas han llevado al límite sus interpretaciones de la experiencia personal por lo que sus perspectivas musicales siempre han estado ligadas de alguna forma. Como bien comentó Ben en una entrevista de prensa, tenemos también la faceta más tranquila de BB, pero por supuesto no significa menor calidad. 'The Dark Of You' es el ‘Ashes Of Eden’ de este disco, una pieza magistral que presenta a Derek Hough como invitado. El dúo en las vocales es sublime, logrando consumar una lluvia de emociones a través de la armonía de acordes y un fondo melódico de piano que eriza la piel. La violencia de BB regresa con 'Down', regresando años atrás con acordes que evocan los mismos de We Are Not Alone. Los riffs hipnóticos enfatizan las vocales, desplazándose entre enérgicos coros y un impetuoso puente que surge sin previo aviso, consolidando la fuerza de su contenido lírico.

Cuando Ben se refería a que expondrían su faceta más pesada, quizás se referían a 'Torn In Two'. Los versos relucen con un doble bajo que evoluciona hacia pesados riffs, enfocando las armonías en los coros. Y aún así, las voces de Ben y Aaron hacen eco a través de las guitarras. Quizás la mejor composición del disco a mi parecer, pues la violencia con que arremeten llega a tener cierta afinidad con las transiciones y los elementos frágiles. 'Blood' es una canción que logra transmitir una energía constante a través de sus incesantes riffs y un coro que evidencia la inquietud de un posible destino predeterminado. Con un sonido más reminiscente a los días de Saturate, 'Save Yourself' posee un sonido menos agitado y un contenido lírico impecable con un sin fin de referencias que logran llegar al oído de cualquier fan veterano, con un conmovedor desarrollo instrumental. Las guitarras acompañan la intensidad con la que Ben golpea esas notas, contrastando los riffs entre versos. Como conclusión tenemos dos piezas: 'Close Your Eyes' que a pesar de la sacudida de sus violentos ritmos, desborda esperanza lograda con el doble bajo y acordes armónicos que acompañan las dulces vocales. Se aprecia un mayor uso de acordes altos que transmiten redención, los cuales son rematados con el ambiente de sosiego a través del instrumental que ofrece 'Vega'.

Gracias a la versatilidad de sus integrantes, Breaking Benjamin logra una diversidad de atmósferas cuyas evoluciones trascienden de canción a canción, brindando una cálida y excitante experiencia. Breaking Benjamin siempre ha enfocado sus materiales a través de conceptos, y Ember no es la excepción. Durante la primera parte del disco tenemos momentos de desesperación y locura, emociones negativas y estados de autodestrucción. El álbum es un poema a la aflicción y a la constante lucha interna que todo humano experimenta ante las adversidades de la vida: ¿Dejarse llevar por la negatividad? ¿Desistir o seguir en pie? ¿Revivir la llama dentro de nosotros? Cada pieza está enfocada en una parte de ese camino que poco a poco va transformando el paisaje, reflejado soberbiamente a través de su música.

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Valoración: 9.4