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septiembre 23, 2015

Crítica: Parkway Drive - Ire

BY
ArturBloodshot •
septiembre 23, 2015

Después de tantas ansias consumidas y el llamado de un nuevo material que ve la luz, los monstruos australianos del metalcore contemporáneo retoman las olas con Ire, su quinto trabajo de larga duración con el que demuestran vez más porque Parkway Drive es el rey. Ire, representa la frustración por la que está pasando la humanidad, una manera de concientizar que "a cada paso que damos hacia adelante, damos dos atrás... ira es lo que se necesita sentir." y qué mejor manera de liberar ese enojo que con la fiereza que nos brindan estos grandes del género.

Desde una entrevista con Winston McCall, el frontman estableció que "Éste es ÉL álbum[...]" y no puedo refutar nada de eso. Desde el primer single que nos regalaron, se notaba a simple oído un cambio de atmósferas, una polifonía discorde a sus antiguos materiales, pero en el fondo existía esa presencia que allanaba nuestros corazones. Si siguen sin creerme, solo basta escuchar la primera rola del disco, Destroyer, una entrada que me da reminiscencias de Deep Blue, la melódica lira que va abriéndole paso a la furiosa voz de Winston para estallar en una rola que pareciera empezamos por la cereza del pastel; melodías majestuosas atacando a diestra y siniestra, hombro con hombro junto a los rítmicos riffs. Si PWD destaca por mucho, es gracias a la manera de lucir sus notas, y en esta rola realmente no escatimaron. Dying To Believe salta a la acción con agresividad, que junto a los poderosos guturales, nos muestran su brutal faceta, y con el solo de guitarra al estilo de Horizons, se llega a un punto sin retorno donde asoma un breakdown sonoro. Al escuchar Vice Grip nos topamos con otra faceta, algo "ochentero" leí por ahí; y si bien, los acordes de las cuerdas acompañantes y la melodía nos dan esa temática, entre destellos de vigorosos versos y armonías se encuentra esa constante fuerza con la que PWD rige sus canciones. Crushed me agarró en curva, con un sonido influenciado bastante por Rage Against The Machine, una palpitante presencia de suaves ambientes y percusiones que elevan de intensidad para llevarnos a un coro "aplastante" por las vocales y los riffs. Llegamos ante el grandioso tema que es Fractures, un tema que irradia la majestuosidad de PWD con resonantes coros e incesantes guitarras que prácticamente le dan vida a la rola en un solemne himno.

Writtings In The Wall hace un cambio de marea con una entrada orquestal que hace juego con el pegadizo ritmo de las percusiones y los versos, quienes van madurando en escala para darle paso a los riffs, y luego, volver al mismo cuerpo rítmico pero esta vez adornado por el doble bajo y una gestionante melodía de fondo. Bottom Feeder atrapa mi atención con sus sucesiones de breaks que van generando olas a través de la canción, sacudiendo el mar con poderosos coros, los cuales nos llevan poco a poco a un breakdown que golpea como relámpago. Y hablando de tormenta, Sound Of Violence golpea con ráfagas de percusiones y cuerdas alocadas, un toque de dinamismo que llega a rozar al hardcore puro con ritmos intensos en sus coros, asomándose por ahí otro excelente acto de la lira. Con una entrada atractiva, Vicious suena con una serie de melodías que en conjunto con las recias vocales generan una tempestad de canción. Dedicated me suena a un homenaje a ellos mismos ("doce años y mi corazón aún late"), una rola que es un azote a los oídos con guturales rabiosos y una sucesión de riffs que nos encaminan a un brutal breakdown con el growl más imponente que he escuchado del señor Winston McCall, una joya de brutalidad esta canción. Y para cerrar con broche de oro, A Deathless Song nos deleita con un intro acústico que me recuerda a The Cruise de su EP, una melodía solemne que a intervalos se ve transformada en un enérgico ambiente por las cuerdas y las vocales, liberando un increíble solo que nos enfrenta a un coro unísono, culminando épicamente.

 
 
Winston lo dijo una vez: "No nos gusta reciclar, preferimos superarnos a nosotros mismos. [...]Probar cualquier cosa, crear algo más fresco.", y con este álbum Parkway Drive demostró su gran habilidad y talento para cambiar la fórmula, pero obtener un resultado igual de impresionante que sus anteriores trabajos; con Ire obtenemos un material con excelente sabor por donde se le escuche. Al igual que muchos, no estaba muy convencido al inicio con las probaditas de sus singles y me asustaba el cambio, pero ya con el paquete completo se logra una experiencia digna de Parkway Drive, lográndose apreciar su esencia de inicio a fin. Otro material que permanecerá en el salón de la fama del metalcore por mucho tiempo, y le conservará su corona a los surfistas de Byron Bay.


CALIFICACIÓN ATASQUE
5 / 5
+ Concepto original y excelentemente ejecutado 
+ Diversidad de técnicas y ambientes
+ Nueva fórmula impresionante, y aún así...
+ PWD permanece en esencia