En el 2012, Make Them Suffer se mandó un discazo titulado Neverbloom, uno de los mejores álbumes de Blackened Deathcore de la actualidad, pero no todo está dicho, pues no hace más de un mes que la banda liderada por Sean Harmanis, liberó su más reciente trabajo, Old Souls, el cual tuvo una gloriosa entrada con Let me In, un tema fuera de la línea habitual de la banda, un single que para muchos ya es emblemático, pero para muchos otros era quizás el peor tema de la banda. Y es que después de un sonido como el plasmado en su tema de avance, Let Me In, uno ya no sabía ni qué esperar de estos pibes, muchos abandonaron las esperanzas al ver tintes mucho más Metalcoreros en la mezcla de Make Them Suffer, pero también hubo a quienes les flipó (me incluyo) esta "posible" nueva faceta de la banda, sin embargo, al ver la reacción de muchos fans de la banda, el viejo sonido reclamó el trono, forzando a la banda hacer un álbum Blackened, más por compromiso (creo yo) que por estar realmente motivados a hacerlo, algo bastante natural, desde mi punto de vista, pues era demasiada presión el querer superar el memorable Neverbloom en su misma rama, y de cualquier forma, a me hubiera encantado escuchar todo un disco con el mismo feeling y sonido de Let Me In.
Pero no por haberse aventando la bronca de hacer nuevamente un disco Blackened, han hecho un disco basura ¡Para nada! este álbum tiene unos temazos, comenzando por Requiem, la cual marcó la vuelta de los interminables blastbeats y punteos al sonido de la banda, rápidamente me doy cuenta de que este single debió pertenecer al Neverbloom, junto con Fake. Quiero recalcar que me encanta Neverbloom, es una bestia ese disco, y aunque estos dos singles son igual de bestiales, como si se desprendieran de la misma fuente de inspiración, lo único que me raspa es el tener tan presente el sonido de aquella bomba en Old Souls, pudiendo mejorar o evolucionar en diferentes formas, no necesariamente hacer lo mismo, pero para "innovar", está temas como Threads, Blood Moon o Scrapin the Barrel, que a diferencia de la mayoría de las canciones que componen esta obra, tiene un estilo que pudo ser la apuesta perfecta para este nuevo capítulo, manteniendo una línea plagada de blastbeats, atmósferas y pianos insólitos, por otro lado, Marionette tiene uno de los momentos más intensos, en cuanto al uso de la técnica vocal se refiere, algo que me parece grandioso, pues si hacemos el recuento de las múltiples virtudes de MTS, sabemos que el maravilloso rango y técnica de Sean Harmanis, es uno de los aspectos que van por delante.
Una de las más gratas sorpresas que me encontré en este álbum, fue la homónima Old Souls, una canción que me parece única en el repertorio de la banda, con mucho dinamismo e incluso, luciendo un atuendo mucho más melódico de lo habitual.
Debo decir que lejos de ser un mal álbum, es una placa 100% recomendable, y no porque aún tenga la esencia de su máxima obra, si no porque tiene grandes tracks en su haber, sin querer desmerecer los temas más orientados a su viejo sonido, considero que hubo un par de temas de relleno, que claro, no dejan de ser buenas, pero tampoco son lo que se esperaba de una banda como ésta después de un discazazo. Y éso no dejó de notarse en los TRES tracks que fungen de interludios, bastantes para un álbum de 11 canciones, pero se les perdona, por ser obra de la hermosa mujer de angelicales manos, Louisa Burton, y porque Through the looking glass, es encabronadamente siniestra. No sé si darle menos puntos por no ser un álbum lo suficientemente sólido en cuanto a género, o si darle puntos de más por la versatilidad que imprimieron dentro de su propia marca, lo único que puedo decir es que Old Souls es un
Valoración 4/5
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