Con todo este pedo del Nü-Metal Revival, han salido muchas bandas buenas (y otras no tanto) que practican el género, algunas con un acento muy cercano al original, otras con un estilo más particular, pero de entre todas estas, puedo decir que la que tiene mucha más originalidad es King 810, y ésto se debe a que la base en la que King 810 disuelve sus polvos mágicos, es un Deathcore de callejón, Hardcorerote como si fuera la cría de The Last Ten Seconds Of Life y Terror, aplicando una crudeza vocal que no se traduce en screams o guturales extremos, ni siquiera en un fraseo exhaustivo, se trata de algo perverso, que se queda entre el spoken word y el canto, rosando por supuesto, el speech, que aúnque al principio de su carrera se inclinaba más por la entonación del canto como tal, en este nuevo álbum optaron por ir en dirección contraria.
Este trabajo es algo completamente diferente a lo que estamos acostumbrados a escuchar en el género, ni siquiera estoy seguro de encasillarlo en el Nü-Metal/Hardcore como se le ha venido clasificando desde hace tiempo, este material es algo insólito, tiene momentos súper pesados y otros ultra oscuros, desde luego se puede calificar como Metal, pero tiene algo más, algo que lo hace resaltar en un género que, aunque tiene un diversidad enorme y con muy buenos exponentes, se ha visto estancada desde hace un par de años. 'La Petite Mort or a Conversation With God' es un album que comienza con una canción que le enseña a hacer Deathcore Downtempo a cualquier banduca de quinta, 'Heavy Lies The Crown' es una canción brutal, lenta y enferma que sirve de preludio para aprisionarte en esta magnífica historia. Bajo la misma línea de locura, llega 'Alpha & Omega', aunque con una brutalidad mucho más marcada, dejando a su paso un fraseo salvaje bien coronado por una lírica perversa y cruda, que rápidamente quedan grabadas en la cabeza, cual disparo directo en la sien.
Pasando por la beatdownera y visceral 'Give my people back', llegamos a 'Vendettas' un viejo conocido para los seguidores de la banda, que no presenta gran cambio, salvo la colaboración de Zuse, que no se incluye en esta nueva versión, pero que conserva toda la maldad y rabia de su versión original, hasta acá todo es maravilloso, debo decir que King 810 es relativamente nuevo para mí, porque anteriormente sólo le di sus checadas por encimita, pero con certeza puedo decir que este es el mejor trabajo de la banda, únicamente juzgando por algunas canciones viejas en comparación con estas nuevas. El álbum sigue su curso y justo cuando pensé que estas primeras canciones serían la parte más sólida y pegadora de este álbum, aparece 'Black Swan', poniendo un panorama aún más tétrico y oscuro de lo expuesto anteriormente, dejando de lado la brutalidad y acomodándo todo de un modo ceremonioso, poniéndo la cosa realmente interesante, sobretodo cuando hace acto de presencia una instrumentación orquestral que termina de darle el toque necesario para convertir esta pieza en algo perfecto. 'The Trauma Model' reintegra los pesadísimos riffs al escenario, pero en esta ocasión se siente algo diferente, no se sienten más como un elemento principal de la fórmula de King 810, son ya parte de la atmósfera y un alarmante sonoro que abraza el clímax en la obra expuesta por David Gunn.
'La Petit Mort' trae un discurso callejero que aunque nada tiene que ver con la muerte chiquita, es un tema imperdible con una lírica que derrama rencor; no recuerdo haber presenciado tanta negatividad y odio emitida de una forma tan perspicaz y efectiva. 'I ain't going back again' es otra canción increíble que remonta ese estilo oscuro y lúgubre de 'Black Swan', y a partir de aquí comienza mi fase favorita de este álbum, no porque las canciones anteriores sean malas (de hecho me maman) sino porque estas son aquellas que proponen algo totalmente 'nuevo', volviéndose más oscuros y deprimentes cada vez, dándole peso y protagonismo al saxofón en canciones como 'Life's not enough', con una voz femenina que le viene como anillo al dedo, y pisando el territorio del Jazz en un pedo más baladezco en 'Me & Maxine', aún cuando 'War Time' dejó la última dósis de ferocidad en sus estrofas.
'Wolves Run Toguether' tiene una fórmula totalmente exitosa que me recuerda las canciones cursis de Marilyn Manson, ejecutadas de una forma super eficiente, entrando desde el principio, como cuchillo caliente sobre mantequilla. El disco cierra con 'A Conversation with God', la pieza más oscura que he escuchado en toda mi vida, logrando transmitir en esta pieza una atmósfera sombría que contagia sentimientos ambiguos distantes a la bondad, es como la introducción de una película de terror compuesta por una misteriosa y suprema escena.
Concluyendo 'La Petit Morte or a Conversation with God' es un álbum asombroso, King 810 logró plasmar en esta obra un sonido potente, oscuro y sofisticado imposible de evitar. Es una placa que recorre todos los grises de un género que ni siquiera sé con exactitud de qué va, y eso es lo que lo esculpe como algo supremo, pues aunque es un campo mínimamente explorado, King 810 lo expone con una precisión tal, que parecieran haber sido moldeados por su mismo sonido. 'La Petite Mort or a Conversation With God' es algo increíble, convive con la brutalidad del Deathcore actual, la rabia del Hardcore Beatdown, y el profundo sentimiento del Dark Metal, amasado audazmente con Ópera Rock y dirigido con poesía y rap, y no digo que sea algo nuevo en la banda, King 810 ya venía arrastrando un estilo similar en sus discos anteriores, repartiendo canciones enfermas que a pesar de ser acústicas, se entendían como un bosquejo de la locura de su intérprete, pero en esta ocasión refinaron su instrumemntación, pues lejos de sonar como un frontman, luce como el rabioso narrador de una historia tétrica, encolerizado por haber vivido los hechos de su propio relato. King 810 logró algo magnífico en etse álbum y es de subrayarse, nunca antes quedé tan cautivado por el sonido de estos señores, ni siquiera creo que haya algo que se le asemeje, David Gunn y compañía llevaron su sonido a un nivel mucho más elevado, y me enajenaron con ello, no exagero al decir que 'La Petite Mort or a Conversation With God' es lo mejor que le ha pasado al género en mucho tiempo.
Este trabajo es algo completamente diferente a lo que estamos acostumbrados a escuchar en el género, ni siquiera estoy seguro de encasillarlo en el Nü-Metal/Hardcore como se le ha venido clasificando desde hace tiempo, este material es algo insólito, tiene momentos súper pesados y otros ultra oscuros, desde luego se puede calificar como Metal, pero tiene algo más, algo que lo hace resaltar en un género que, aunque tiene un diversidad enorme y con muy buenos exponentes, se ha visto estancada desde hace un par de años. 'La Petite Mort or a Conversation With God' es un album que comienza con una canción que le enseña a hacer Deathcore Downtempo a cualquier banduca de quinta, 'Heavy Lies The Crown' es una canción brutal, lenta y enferma que sirve de preludio para aprisionarte en esta magnífica historia. Bajo la misma línea de locura, llega 'Alpha & Omega', aunque con una brutalidad mucho más marcada, dejando a su paso un fraseo salvaje bien coronado por una lírica perversa y cruda, que rápidamente quedan grabadas en la cabeza, cual disparo directo en la sien.
Pasando por la beatdownera y visceral 'Give my people back', llegamos a 'Vendettas' un viejo conocido para los seguidores de la banda, que no presenta gran cambio, salvo la colaboración de Zuse, que no se incluye en esta nueva versión, pero que conserva toda la maldad y rabia de su versión original, hasta acá todo es maravilloso, debo decir que King 810 es relativamente nuevo para mí, porque anteriormente sólo le di sus checadas por encimita, pero con certeza puedo decir que este es el mejor trabajo de la banda, únicamente juzgando por algunas canciones viejas en comparación con estas nuevas. El álbum sigue su curso y justo cuando pensé que estas primeras canciones serían la parte más sólida y pegadora de este álbum, aparece 'Black Swan', poniendo un panorama aún más tétrico y oscuro de lo expuesto anteriormente, dejando de lado la brutalidad y acomodándo todo de un modo ceremonioso, poniéndo la cosa realmente interesante, sobretodo cuando hace acto de presencia una instrumentación orquestral que termina de darle el toque necesario para convertir esta pieza en algo perfecto. 'The Trauma Model' reintegra los pesadísimos riffs al escenario, pero en esta ocasión se siente algo diferente, no se sienten más como un elemento principal de la fórmula de King 810, son ya parte de la atmósfera y un alarmante sonoro que abraza el clímax en la obra expuesta por David Gunn.
'La Petit Mort' trae un discurso callejero que aunque nada tiene que ver con la muerte chiquita, es un tema imperdible con una lírica que derrama rencor; no recuerdo haber presenciado tanta negatividad y odio emitida de una forma tan perspicaz y efectiva. 'I ain't going back again' es otra canción increíble que remonta ese estilo oscuro y lúgubre de 'Black Swan', y a partir de aquí comienza mi fase favorita de este álbum, no porque las canciones anteriores sean malas (
Cita del artista:
"Yo creo que eres un artista de mierda si no puedes transmitir más de una actitud o sentimiento. No se puede expresar ira sin sentir felicidad; no se puede transmitir odio sin transmitir amor."
- David Gunn (King 810)
Fuente: Distorted Sound.
"Yo creo que eres un artista de mierda si no puedes transmitir más de una actitud o sentimiento. No se puede expresar ira sin sentir felicidad; no se puede transmitir odio sin transmitir amor."
- David Gunn (King 810)
Fuente: Distorted Sound.
'Wolves Run Toguether' tiene una fórmula totalmente exitosa que me recuerda las canciones cursis de Marilyn Manson, ejecutadas de una forma super eficiente, entrando desde el principio, como cuchillo caliente sobre mantequilla. El disco cierra con 'A Conversation with God', la pieza más oscura que he escuchado en toda mi vida, logrando transmitir en esta pieza una atmósfera sombría que contagia sentimientos ambiguos distantes a la bondad, es como la introducción de una película de terror compuesta por una misteriosa y suprema escena.
Concluyendo 'La Petit Morte or a Conversation with God' es un álbum asombroso, King 810 logró plasmar en esta obra un sonido potente, oscuro y sofisticado imposible de evitar. Es una placa que recorre todos los grises de un género que ni siquiera sé con exactitud de qué va, y eso es lo que lo esculpe como algo supremo, pues aunque es un campo mínimamente explorado, King 810 lo expone con una precisión tal, que parecieran haber sido moldeados por su mismo sonido. 'La Petite Mort or a Conversation With God' es algo increíble, convive con la brutalidad del Deathcore actual, la rabia del Hardcore Beatdown, y el profundo sentimiento del Dark Metal, amasado audazmente con Ópera Rock y dirigido con poesía y rap, y no digo que sea algo nuevo en la banda, King 810 ya venía arrastrando un estilo similar en sus discos anteriores, repartiendo canciones enfermas que a pesar de ser acústicas, se entendían como un bosquejo de la locura de su intérprete, pero en esta ocasión refinaron su instrumemntación, pues lejos de sonar como un frontman, luce como el rabioso narrador de una historia tétrica, encolerizado por haber vivido los hechos de su propio relato. King 810 logró algo magnífico en etse álbum y es de subrayarse, nunca antes quedé tan cautivado por el sonido de estos señores, ni siquiera creo que haya algo que se le asemeje, David Gunn y compañía llevaron su sonido a un nivel mucho más elevado, y me enajenaron con ello, no exagero al decir que 'La Petite Mort or a Conversation With God' es lo mejor que le ha pasado al género en mucho tiempo.
Suenan a:
Mushroomhed haciendo su propia versión de El Jorobado de Notredame.
Valoración: 4.9/5
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