Attila es una de esas bandas que siempre estuvieron en el rincón, teloneando algunos tours no muy importantes, haciendo méritos por mucho tiempo sin poder alcanzar las nubes hasta que por fin el año pasado tuvieron un auge tremendo gracias a su último álbum About That Life, de ahí en adelante la banda ganó miles de adeptos nuevos y casi el mismo número de haters, después de haber sido una banda con muy pocos seguidores fieles, y una de aquellas que casi nadie fumaba, tuvo un revuelo abismal, por ser auténticos y únicos, nadie tocó antes esas fibras tan delicadas de una forma tan desgraciada y carismática al mismo tiempo, la brutalidad de sus breakdowns y lo extremo de los guturales de Fronzak junto al estilacho rapero/country que tenían sus rimas era lo que hacía de esta banda algo identificable a millas y que al mismo tiempo mojaba la pantufla de todo el gremio. Hoy en día, la banda liderada por Chris Fronzak promociona su nuevo álbum titulado Guilty Pleasure, el cual digno de continuar la línea que la banda trazó con su anterior placa, a pesar de no ser lo que se esperaba, seguro tendrá al menos un par de canciones que caerán en el gusto de muchos.
En términos musicales, este nuevo es algo mucho más difícil de saborear, pues si algo me pasa con esta banda es que casi todo lo que sacan me hace dar vueltas desde la primera oída, pero en esta ocasión tuve que darle más pasadas para poder acercarme adecuadamente a todos los tracks y no odiarlos a las dos o tres reproducciones. Guilty Pleasure es un álbum en el que hay canciones buenas, y canciones regularsonas, pero ninguna es realmente mala, pues hay que aceptar que estos princesos no defraudan ni a sus haters, y por eso mismo, este álbum empieza con un track titulado Pizza, Sex And Trolls, un tema divertido en la que citan los comentarios arenosos que han recibido a lo largo de su carrera (no todos) con una lírica de pura bienvenida, agradecimientos y otras camorras que la banda quiere hacer expresas en la pieza introductoria de este gran álbum a sus seguidores y haters por igual. Dentro de las regularsonas están canciones como Horsepig, con un punch impresionante, que fácilmente nos traslada al trip que trajeron con AboutThat Life, simple, pesado, grosero e irreverente; Rebel es una canción atrevida que muestra un lado más melódico en el estilo de la banda, es cierto que no es nada nuevo dentro del sonido de Attila, pero también cae de sorpresa tanta melodía acumulada. Pero toda la manteca la sueltan grandiosos temas como Proving Grounds, que siendo uno de los primeros adelantos, es una canción bestial con mucha fibra, breakdowns encabronados acompañados de un rapeo que ya está en otro nivel y un coro que pareciera ser un himno de guerra; Break My Addiction también pone su granito de arena siendo uno de los temas más frenéticos de la lista con un perfecto acoplamiento de lo que puede hacerse utilizando de manera correcta esos tremendos guturales con el rapeo intenso y los poderosos breakdowns; Dirty Dirty es una pieza desmadrosa enclavada en el estilo fiestero del que Fronz y compañía son reyes, algo repetitiva pero pegadora como un shot de tequila; Hate Me, es un tema que me da algo de bronca, porque a pesar de que las letras siempre manejan una actitud indiferente como la frase inicial de este tema "I don't give a f:vck about my bad reputation" , en esta pieza tomaron una actitud más americanista (sí, del Club América de la FMF), casi diciendo "Ódiame más". aunque en sí, musicalmente es un gran tema, pues aquél fraseo junto a esas atmósferas me parecieron algo de lo más respetable y atinado en esta nueva tanda de canciones.
Se suponía que Guilty Pleasure de Attila sería el álbum más pesado y maduro de su carrera, y resultó ser algo un tanto más relajado y con una mierda más variada en sus líricas, incluyendo sorprendentemente una canción con una letra alentadora titulada I've got your back, sí es un poco más maduro en el sentido en el que dejaron los breakdowns como su fórmula principal, tiene uno que otro solo de guitarra por ahí, samples y atmóferas, quizás menos cantidad de screams, pero en general es un auténtico álbum atilleano, con líricas controversiales, guturales imponentes, ritmos mamones y breakdowns monumentales. Después de este trabajo, lo único que puedo recalcar es que ATTILA es ya un nombre que se escribe con letras mayúsculas, y por demás es una de las bandas más originales del género, con un sonido del que ya son pioneros, le pese a quien le pese; incluso yo, al principio, miraba con desdeño este álbum y ahora me gusta más que su obra anterior, no puedo negar que esta banda es una pinche bomba,
Valoración: 3.5/5
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Alineación:
Chris "Fronz" Fronzak - Vocal
Chris Linck - Guitarra
Nate Salameh - Guitarra
Kalan Blehm - Bajo
Adamb Sean Heenan - Batería
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