Reseña: The Devil Wears Prada - 8:18 (LP)

Comenzando desde la sinceridad, nunca he sido fanático de The Devil Wears Prada, quizás al principio, cuando temas como "Dogs Can Grow Beards All Over" y "Texas Is South" eran las piezas que se pronosticaban como emblemáticas para la banda, esta banda pudo anclarme, pero tan pronto se vino "Plagues", decidí dejar mi atención para bandas distintas al tipo "fenómeno" que traía TDWP en aquellos días. Recuerdo que su sonido me resultaba demasiado interesante, y después noté un ligero desvío, ahora que la banda ha adquirido toneladas de experiencia, me atrevo a decir que si "Patterns Of A Horizon" fue el primer tirón que me orientó hacia esta banda, éste nuevo "8:18" es lo que siempre estuve esperando de una banda como ésta, no porque los otros discos sean malos, porque jamás me atrevería a decir tal cosa, sino porque a mi forma de ver, TDWP siempre ha tenido el potencial que alcanzo a distinguir en esta nueva entrega.

Como he dicho antes, nunca he sido un aferrado y ferviente seguidor de Mike Hranica y compañía, y por tanto, trataré de despegarme todo lo posible a la carrera de la banda, y hablar de este disco como un lanzamiento que desde sí mismo trae un punto y aparte. 

Desde el principio del segundero, este "8:18" nos trae un platillo sobrio y variado, en el que alcanzo a percibir un Metalcore desquiciado, lleno de repudio experimental que explota y vuelve a integrarse para continuar con la fina descarga que nos dejan con este nuevo disco, quiero hacer especial énfasis al minuto 1:44, en el que se presenta un breakdown tan bizarro que (si me preguntan), podría argumentar que el tipo de los teclados en Mushroomhead está haciendo de las suyas con los Prada. Un elemento que sin duda me tiene fascinado es ese toque semi-dubstepero que han incluido en este sonido, las guitarras son espléndidas y por momentos hasta me atrevo a decir que prenden los focos del estilo progresivo, pero aún por encima de ello, me encanta el nuevo feeling que le han dado a los cleans, lejos de la pubertad, el sentimiento emotivo, y ¿por qué no decirlo? lejos de aquél estilo afeminado que tanto les dio, el nuevo canto se refleja con grados de testosterona, y eso le viene como anillo al dedo a una banda que ya ha crecido, y que debe dejar el cabello planchado y las camisetas rosadas para las nuevas generaciones. Y es que la voz limpia es una herramienta de la cual siempre se ha valido The Devil Wears Prada y, según yo, en este disco lo han hecho de puta madre.

El repertorio obligado tiene muchas caras, comenzando con "Gloom" que a mi forma de verlo trae el mejor momento del disco, pero como sabemos el gusto se rompe en géneros, así que espérate un momento mágico en cualquier momento, por ahí se encuentran algunas piezas que podría quedarse en el rubro de lo genérico, de no ser por el extravagante feeling que contiene todo el disco. Los primeros avances "Martyrs" y "Home For Grave" también tienen lo suyo, aunque yo en lo personal me quedo con la segunda, en un sentido más experimental me chorreo con "Care More" y para el salvajismo las elegidas con "Black & Blue", "Sailor's Prayer" y "Number Eleven", no olvides también ponerle los oídos a "Transgress" que seguro te tomará por la espalda.

En conclusión: The Devil Wears Prada ha marcado con fuego y cicatrices su nueva etapa, una en la que la banda deja de pegarle al sonido popular y se adentra en sus infiernos internos, como dije, nunca fui fanático de esta banda, y aunque siempre les respeté y aplaudí el mérito, "8:18" es a mis ojos el mejor momento de la carrera de estos pibes, no sólo por la madurez, sino porque el disco experimenta en otros rubros, haciendo que su sonido sea más único por cada vez que la oleada quiere hacer algo de su estilo. Sin rodeos ni sujeciones a malas interpretaciones lo digo, The Devil Wears Prada es una de las tantas bandas que actualmente cambian su sonido, pero de las pocas que logran hacer algo grandioso y único, sin apegarse a otros estilos, de la misma forma que Bring me The Horizon, han hecho su doctrina profundice en su música. Lamentablemente no es el discazo del año, y de igual forma, no figurará dentro de mi top10 este año, pero estoy más que contento con el trabajo de estos señores, y apuesto a que su prestigio seguirá intacto.

Valorcación: 8.3

Alineación en "8:18"

Mike Hranica - Vocal
Chris Rubey - Guitarra
Jeremy DePoyster - Guitarra / Vocal
Daniel Williams - Bateria
Andy Trick - Bajo

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